frank sinatra es frankie machine el hombre del brazo de oro
"El hombre del brazo de oro" se basa en el best-seller de Nelson Algren, el cual, antes de
la versión perpretada por Preminger, ya se intentó trasladar con poca fortuna a la gran
pantalla. Su crónica amarga y miserable de un heroinómano que regresa a su barrio tras
seis meses de rehabilitación no pasó los controles de la censura, los cuales no veían con
buenos ojos la recreación hiperrealista de la adicción a la heroína y la explicitud con la
que se trataba el tema en el guión. Posteriormente, Preminger consiguió hacerse con los
derechos y comenzó el rodaje del film. El papel protagonista era una auténtica golosina
para cualquier actor que quisiera acercarse a los Oscars, y éste rápidamente fue a parar a
las manos de Frank Sinatra. El "showman", por aquel entonces se encontraba sumido en
una profunda depresión debido a sus problemas con la voz y a la ruptura de sus contratos
con diversas productoras musicales. No fue sino gracias a la intervención de su mujer,
Ava Gardner, por lo que consiguió interpretar (y de que forma) a Frankie Machine. Este
papel no solo le sirvió para conseguir una candidatura al Oscar, sino también para volver
por la puerta grande al negocio musical. El resto del reparto se completó con la novata
Kim Novak, Eleanor Parker y Arnold Stang.
Preminger hace uso de elementos clásicos del cine negro, desde la ambientación, la
aparición de la mafia con sus juegos ilegales, el (anti)héroe huyendo de su pasado o la
mujer fatal, para reinventarlos y transformarlos en un auténtico drama social de corte
realista. El film fue rodado en un barrio obrero de Chicago con el objetivo de dotar al
relato de una mayor verosimilitud que sin embargo se desvanece ante el pobre trabajo de
los encargados de la dirección artística y del propio Preminger. Los primeros por
conseguir que el espectador crea que todo se rodó en un plató, y el segundo por abusar
de los planos medios en lugar de unos planos generales más acordes con el espíritu
"neorrealista" de la película.
Los puntos fuertes de "El hombre del brazo de oro" se sustentan en un poderoso guión y
en la sensacional descripción de los personajes. Preminger lleva a cabo un prodigioso
juego de espejos donde nadie es quien aparenta. El eje de la película recae en la relación
a tres bandas entre Frankie, su mujer y su amante. Estas tres personas se nos presentan
como arquetipos, para luego ir desvelando su verdadero yo. De esta manera, Frankie no
es ese hombre firme y seguro de reconducir su vida ("el doctor me ha dicho que no puedo
volver a probar ni una dosis, y yo no lo haré", confiesa al principio del film), sino que es
una persona insegura, que no ha cortado el cordón umbilical que le ata a la heroína, y
que siente una profunda culpabilidad por haber causado el accidente de su esposa. Su
mujer (Eleanor Parker), que en un principio es la esposa sufrida a la espera del regreso
de su marido, se nos revela como una persona muy frágil e inestable mentalmente. Por
último, la clásica mujer fatal (Kim Novak) se transforma en el auténtico ángel de la
guarda del protagonista, convirtiéndose en ese Edén donde Frankie se siente estable
una auténtica obra maestra en su retrato de la
marginalidad social, y de los factores que conducen a ella. Si a la sólida puesta en escena
le unimos las magníficas interpretaciones, en especial la de un Frank Sinatra muy
contenido, la brillante banda sonora jazzística de Elmer Berstein (el tema principal es ya
todo un clásico), los créditos de Saul Bass, y unos diálogos tan directos como inolvidables
("solo hay dos cosas que pueden acabar con la droga: más droga y mayores dosis", le
dice el gangster Louie a Frankie mientras le inyecta), no podemos más que rendirnos a
esta ejemplar película, sin duda, una obra a rescatar.
"El hombre del brazo de oro" se basa en el best-seller de Nelson Algren, el cual, antes de
la versión perpretada por Preminger, ya se intentó trasladar con poca fortuna a la gran
pantalla. Su crónica amarga y miserable de un heroinómano que regresa a su barrio tras
seis meses de rehabilitación no pasó los controles de la censura, los cuales no veían con
buenos ojos la recreación hiperrealista de la adicción a la heroína y la explicitud con la
que se trataba el tema en el guión. Posteriormente, Preminger consiguió hacerse con los
derechos y comenzó el rodaje del film. El papel protagonista era una auténtica golosina
para cualquier actor que quisiera acercarse a los Oscars, y éste rápidamente fue a parar a
las manos de Frank Sinatra. El "showman", por aquel entonces se encontraba sumido en
una profunda depresión debido a sus problemas con la voz y a la ruptura de sus contratos
con diversas productoras musicales. No fue sino gracias a la intervención de su mujer,
Ava Gardner, por lo que consiguió interpretar (y de que forma) a Frankie Machine. Este
papel no solo le sirvió para conseguir una candidatura al Oscar, sino también para volver
por la puerta grande al negocio musical. El resto del reparto se completó con la novata
Kim Novak, Eleanor Parker y Arnold Stang.
Preminger hace uso de elementos clásicos del cine negro, desde la ambientación, la
aparición de la mafia con sus juegos ilegales, el (anti)héroe huyendo de su pasado o la
mujer fatal, para reinventarlos y transformarlos en un auténtico drama social de corte
realista. El film fue rodado en un barrio obrero de Chicago con el objetivo de dotar al
relato de una mayor verosimilitud que sin embargo se desvanece ante el pobre trabajo de
los encargados de la dirección artística y del propio Preminger. Los primeros por
conseguir que el espectador crea que todo se rodó en un plató, y el segundo por abusar
de los planos medios en lugar de unos planos generales más acordes con el espíritu
"neorrealista" de la película.
Los puntos fuertes de "El hombre del brazo de oro" se sustentan en un poderoso guión y
en la sensacional descripción de los personajes. Preminger lleva a cabo un prodigioso
juego de espejos donde nadie es quien aparenta. El eje de la película recae en la relación
a tres bandas entre Frankie, su mujer y su amante. Estas tres personas se nos presentan
como arquetipos, para luego ir desvelando su verdadero yo. De esta manera, Frankie no
es ese hombre firme y seguro de reconducir su vida ("el doctor me ha dicho que no puedo
volver a probar ni una dosis, y yo no lo haré", confiesa al principio del film), sino que es
una persona insegura, que no ha cortado el cordón umbilical que le ata a la heroína, y
que siente una profunda culpabilidad por haber causado el accidente de su esposa. Su
mujer (Eleanor Parker), que en un principio es la esposa sufrida a la espera del regreso
de su marido, se nos revela como una persona muy frágil e inestable mentalmente. Por
último, la clásica mujer fatal (Kim Novak) se transforma en el auténtico ángel de la
guarda del protagonista, convirtiéndose en ese Edén donde Frankie se siente estable
una auténtica obra maestra en su retrato de la
marginalidad social, y de los factores que conducen a ella. Si a la sólida puesta en escena
le unimos las magníficas interpretaciones, en especial la de un Frank Sinatra muy
contenido, la brillante banda sonora jazzística de Elmer Berstein (el tema principal es ya
todo un clásico), los créditos de Saul Bass, y unos diálogos tan directos como inolvidables
("solo hay dos cosas que pueden acabar con la droga: más droga y mayores dosis", le
dice el gangster Louie a Frankie mientras le inyecta), no podemos más que rendirnos a
esta ejemplar película, sin duda, una obra a rescatar.
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